Ante la mirada de un mundo atónito tras la invasión del Capitolio de Estados Unidos, Amanda Gorman tomó la palabra a continuación del presidente Joe Biden. Era la poeta más joven que recitaba en una ceremonia de investidura, como antes lo hicieron Robert Frost o Maya Angelou, y cautivó a millones de personas que veían en ella la luz de una esperanza, y en los versos de La colina que ascendemos, la inauguración de una nueva era.
Afroamericana criada por una madre soltera en un modesto barrio multicultural de Los Ángeles, defensora del medio ambiente, la igualdad racial y la justicia de género, Gorman es ya la voz de los olvidados.
«Con sus palabras vigorosas y conmovedoras —como afirma Michelle Obama—, nos recuerda el poder que cada uno de nosotros tenemos para defender nuestra democracia. ¡Sigue brillando, Amanda!».
La crítica ha dicho…
«Gracias, Amanda Gorman, por abrir la puerta de esta manera tan histórica.»
Elvira Sastre
«Un poema de ritmo bello para una ocasión especial, que vivirá mucho más allá del tiempo y del espacio para los que fue com puesto. Amanda Gorman lo recitó con gracia y sus palabras resonarán en el mundo entero: hoy, mañana, y en el futuro lejano.»
Will Gompertz, BBC
«[Amanda] nos ha mostrado nuestro verdadero ser, nuestro legado humano, nuestro corazón. […] Mientras calaban en nosotros, sus palabras curaron nuestras heridas e insuflaron vida a nuestro ánimo.»
Oprah Winfrey
«Amanda posee un poderoso espejo: todos aquellos que se miran en él se ven mejores. […] Y encarna un futuro que suena con latido, un faro para los jóvenes achicados por la precariedad y la pandemia que acorta sus pasos. ¡Ah, esa frescura, Amanda, capaz de combatir el persistente olor a vinagre!»
Joana Bonet, El País
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