A pesar de haber sufrido durante su infancia toda clase de violencia, a sus dieciséis años Charlie Ovid no tiene ni una cicatriz pues su cuerpo se sana a sí mismo, lo quiera o no. Rescatado de un vagón de tren cuando era bebé, Marlowe emite un peculiar brillo azul que puede derretir o reparar la piel. Cuando una audaz detective es reclutada para escoltarlos a un misterioso instituto donde estarán a salvo, comienzan una alucinante travesía en busca de un lugar al que puedan pertenecer y llamar hogar. De las calles grises del Londres victoriano y los teatros de madera de la era Meiji en Tokio, a un escalofriante jardín a las afueras de Edimburgo donde viven otros «Talentos», el viaje está repleto de situaciones asombrosas: persecuciones, reencuentros, recuerdos dolorosos y traiciones inesperadas.
Mientras un Talento corrompido amenaza con hacer colisionar el mundo de los vivos y los muertos, para desatar así una oscuridad maligna, en el instituto, Marlowe, Charlie y el resto de los Talentos descubren la verdad sobre sus habilidades y la naturaleza de eso que ante los ojos de los demás los hace parecer monstruosos.
Fascinante y exquisita, Monstruos ordinarios presenta una catastrófica visión del mundo victoriano y de los niños poderosos y atormentados que deben salvarlo. Esta es la primera parte de la serie Los Talentos.
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