El tema central del libro son los «cambios»: el yin y el yang, lo masculino y lo femenino; ambos conceptos opuestos pero complementarios que forman parte de los estados cambiantes del ser. El I Ching puede ser utilizado como un oráculo y como un libro de sabiduría, con el cual el hombre puede establecer un equilibrio entre su personalidad individual y su colectividad, pero, a la vez, restituir su unión con el cosmos.
Se compone de sesenta y cuatro hexagramas; todos ellos están formados por seis líneas horizontales, y cada línea representa o bien un yang (una línea sólida o ininterrumpida), o bien un yin (una línea interrumpida por un espacio en su zona central). Cada hexagrama está acompañado por una descripción similar a las parábolas.
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